07 junio 2013

transpersonal: rumi, un camino hacia el amor


Rumi nació en 1207 en Balkh (ciudad del Afganistán actual), en la frontera Este del Imperio Persa. Balkh era un próspero centro de estudio islámico y una capital budista próxima a la ruta de la seda, donde tuvo lugar un rico intercambio de productos e ideas. Su padre, Baha Walad, fue un famoso erudito y un adepto sufi. En el año 1219, cuando las hordas mogolas de Gengis Kan se aproximaron a la ciudad, Baha Walad huyó a la zona oeste del imperio con su familia y sus discípulos. Tras nueve años de viaje, la familia de Rumi se dirigió al Imperio Seljuk (la Turquía actual) donde muchos teólogos, eruditos y artistas se refugiaron durante esta conflictiva época.
Rumi dedicó su vida a una poesía delicada y divina que cambiaría el corazón del mundo musulmán, dedicando su tiempo a las prácticas espirituales, a la enseñanza y a la escritura. Los frutos de su esfuerzo fueron dos obras maestras: el Divan-e Shams-e Tabrizi , un volumen de poemas de amor divino, y el Mathnavi , un clásico que narra miles de historias y parábolas, que ha sido denominado frecuentemente "el Corán persa" debido a su profunda repercusión. Rumi fue también el guía espiritual de miles de personas y fundó la hermandad Mevlevi de bailarines derviches, que siempre ha encarnado los trazos de su personalidad: humildad, compasión y amor por el prójimo.
El siglo XIII no sólo marcó el comienzo del Renacimiento en Europa, sino también el punto álgido de la cultura islámica. Fue la época dorada de su poesía y de su espiritualidad, con Rumi portando la corona gloriosa. Rumi fue heredero de una inmensa fortuna intelectual y espiritual. Sin embargo, su gran logro es reconocido por su maestría al dar forma, a la luz de su experiencia personal, a todo el conocimiento que había heredado. Su psique se convirtió en un crisol en el que vertió la sabiduría de su época, en las profundidades de su alma, en la combustión de su intenso anhelo por Dios, donde el sufismo encontró su perfecta expresión.
En la poesía sufi, el Amado o Amor está en todo y en todos: a veces refresca el alma, otras veces la atormenta. Como el "Amigo", es juguetón y jovial; como "el amante que cautiva el corazón", es rudo, indiferente y cruel. El uso frecuente de imágenes de asesinato, callejuelas llenas de sangre, calderas repletas de cuerpos y cabezas esparcidas por los suelos, pueden parecer extrañas y escandalizar pues no parece, en absoluto, el contenido de un poema de amor, pero para los sufis este tormento es señal de la compasión de Dios: representa la destrucción del ego limitado del hombre y una etapa en la preparación divina de Dios para perfeccionar el alma. 
Rumi solía recitar sus poemas mientras bailaba girando sobre sí mismo, realizando así la danza mística conocida como sa'maa. La estructura inherente a su poesía -el flujo incesante de su imaginación, la cadencia interior, la repetición de ritmos al estilo de los mantras- refleja a menudo este movimiento circular. Un significado conlleva sutilmente otro y una perspectiva, otra. Incluso el estado de silencio al que se refiere tantas veces no es algo estancado, sino cargado de posibilidades siempre nuevas. Nada referente a Rumi puede darse por sentado: uno debe ser siempre consciente del significado que se esconde tras el significado y del velo que hay tras el velo. 
Sin embargo, en el nivel más profundo de la poesía de Rumi sólo se narra una historia: la del alma buscando el Amor. Cada alegoría se refiere a esta búsqueda y cada símbolo representa algún aspecto del Amor. Cuando Rumi utiliza el nombre de su maestro "Shams", no se refiere literalmente sino a una imagen muy personal e íntima del Amor. 
Cuanto más se lee a Rumi, más obvia es su genialidad. Sin embargo, lo que le ha otorgado el título de "mejor poeta místico de todos los tiempos" no es su genialidad en la poesía ni su brillante maestría del lenguaje, sino el modo en que ha transmitido el poder de su experiencia personal. El Amado, el Amor sobre el que escribió con tanta pasión, no era un mero símbolo, sino una presencia viva en su interior. La poesía de Rumi perdurará como un fenómeno universal, abrazando la vida para hacerla divina.


Cuando la rosa se haya ido y el jardín esté marchito,
no podrás escuchar más la canción del ruiseñor.
El Amado lo es todo; el amante apenas un velo.
El Amado está viviendo; el amante es una cosa muerta.
Ama las voluntades de lo que traen estas palabras.


Disparo una flecha a la derecha
Cae a la izquierda.
Cabalgo tras de un venado y me encuentro
perseguido por un cerdo.
Conspiro para conseguir lo que quiero
Y termino en la cárcel.
Cavo fosas para atrapar a otros
y me caigo en ellas.
Debo sospechar
de lo que quiero.


Desde que me cortaron del cañaveral,
mi lamento ha hecho llorar a hombres y mujeres.
Deseo hallar un corazón desgarrado por la separación,
para hablarle del dolor del anhelo.
Todo el que se ha alejado de su origen,
añora el instante de la unión.