07 mayo 2012

humanista: el Arte-Terapia en el tratamiento de adicciones

Para el desarrollo de un trabajo terapéutico de Arte Terapia no se necesita poseer aptitudes artísticas, ya que no se persigue una finalidad estética, sino centrarse en el proceso creativo como vía de comunicación. La producción artística se utiliza para ayudar a restablecer la capacidad natural del individuo para relacionarse consigo mismo y con el mundo que le rodea de forma satisfactoria. 

Desde el enfoque Humanista, el Arte Terapia considera que el Ser Humano sano es aquel que desarrolla todo su potencial, en el cual se incluye su creatividad. Coloca a la persona como creadora del significado de su vida y al mismo tiempo responsable de sus actos en la decisión libre. 

Dependiendo del tiempo de tratamiento y estructura del persona/grupo integro los siguientes abordajes y modelos humanistas: Arteterapia, Psicoterapia de la Gestalt, Análisis Transaccional, Psicoterapia corporal en Biosíntesis y en Bioenergética, Psicoterapia Existencial, Constelaciones Familiares, Trabajo con los sueños, Movimiento Expresivo, trabajo con el Niño/a Interna/o, etc. 

A lo largo de los siete años de experiencia de trabajo con personas en rehabilitación de drogodependencia, he ido encontrando una serie de cuestiones, que inevitablemente, suponen un continuo reto al mismo tiempo.

Las personas con conduta adictiva tienden fácilmente al aislamiento y al mismo tiempo, buscar sustitutos de ese sentimiento de soledad. Esa aparente incapacidad de compartir con otras personas situaciones sociales es lo que provoca una gran ansiedad interior. Algunas personas tienen, por lo tanto, una ansiosa necesidad de explicarlo y buscar soluciones, mientras que otras necesitan cuidar ese espacio íntimo, frágil y digno de respeto. Cuando digo aparente incapacidad social, me refiero precisamente al potencial oculto en su gran sensibilidad y capacidad de empatía. Sin embargo, el entorno o la introversión no permitieron su desarrollo saludable. Cuando una herida duele, necesitamos un calmante temporal, pero cuando es la vida la que duele, el analgésico se escapa de nuestras manos. El propósito de vida necesitará ser reconducido.

Para llevar a cabo un adecuado tratamiento y manejo de las conductas adictivas es necesario potenciar ciertas habilidades para lo cual, el trabajo en grupo es esencial. Entre ellas estarían la tolerancia a la frustración, el autocontrol, la autoestima, la asertividad y las habilidades comunicativas. Se adquieren practicándolas en dinámicas de grupo y desarrollando estrategias creativas para cada situación. La imaginación es un buen recurso para salir de la inercia y encontrar la manera de obtener resultados diferentes. En el desarrollo del juego es donde el hombre se vuelve completamente humano y adquiere recursos fácilmente, de manera intuitiva. 

Por último, resaltar la impulsividad y la posición extremista de todo o nada para resolver situaciones de la vida. Quizás es en este terreno donde el trabajo es más sutil a la vez que direccionado. La vía fácil no siempre está en el término medio y al mismo tiempo el equilibrio es algo dinámico que puede complicarse para ser eficaz. El adicto es un gran maestro inconsciente de la búsqueda de armonía, a pesar de ser armonía a través del conflicto. Su impulso vital es hacia un punto intermedio, tan sólo que en un inicio existe tanta inercia que se pasa del punto óptimo, pero poco a poco lo va reconociendo. En ese acercamiento afloran muchas emociones que desbordan a la persona, pero le vacían de un sufrimiento ya caducado. Sin darse cuenta, un día aparece el control sano de la situación y una sonrisa interior se dibuja para siempre.

Gracias a todos, a todas por compartir intimidad y desasosiego, por mostrarnos la fortaleza del ser humano cuando busca creer de nuevo en sí mismo.

Gracias de todo corazón.