24 noviembre 2014

sistémica: la transferencia de la rabia y sus consecuencias


La rabia se manifiesta de diferentes maneras, útil o devastadora, fuerte o débil. Aquí están algunos ejemplos para su comprensión:
1. Alguien me ataca o me causa una injusticia y reacciono en función de ello con cólera y rabia. Esta rabia hace posible que me defienda con fuerzas o que me oponga. 
Me hace capaz de manejar la situación, es positiva y me fortalece.
Esta rabia es coherente con la situación y por esto tiene medida. Se disuelve en cuanto alcanza su meta.

2. Me pongo rabioso y enfadado cuando me doy cuenta que no he tomado lo que habría podido o tenido que tomar, o que no he reclamado lo que habría podido o tenido que reclamar, o que no he rogado por lo que habría podido o tenido que rogar. En vez de hacer frente y buscar o tomar lo que me hace falta, me enfado y me pongo rabioso con las personas de las cuales no he tomado o reclamado o rogado cuando lo habría podido o tenido que hacer.
Esta rabia es un sustituto para la acción y la consecuencia de una dimisión. Ella me paraliza, me hace sentir inapto y débil y perdura durante mucho tiempo.
Del mismo modo, esta rabia actúa como defensa contra el amor. En lugar de exteriorizar mi amor, me vuelco hacia los que quiero con rabia. Ella se origina en la niñez, cuando surge como consecuencia de un movimiento interrumpido. En situaciones similares posteriores, trae el recuerdo de lo anterior y de ello tira su fuerza.
3. Estoy enfadado con alguien porque le he hecho algo de daño y no lo quiero admitir. Con esta rabia me protejo de los efectos de la culpa. Los proyecto sobre el otro. Esta rabia también es un sustituto para la acción. Me paraliza y me debilita.


4. Alguien me da tanto y en cantidad tan grande que no se lo puedo devolver. Sólo me queda el peso de ello. Entonces me defiendo del donante y sus dones enfadándome con él. Este enfado se expresa en forma de reproches, por ejemplo de los niños hacia sus padres.
Es el sustituto para el tomar y dar las gracias. Nos paraliza y nos deja vacíos.
O talvez se manifiesta como depresión. La depresión es la otra cara del reproche. Es también un sustituto para el tomar, el dar y el agradecer. Nos inmoviliza y nos vacía. Nos mantiene, después de una separación, en un duelo sin terminar, cuando aún nos sentimos en deuda en el dar y tomar, frente a los muertos o a los que se han separado de nosotros. Puede también que nos sintamos, como en la 3ª forma de la rabia, presos de nuestra culpa y sus consecuencias.
5. Algunos sienten una rabia que pertenece a otros pero que hacen suya.
Cuando en un grupo un participante reprime su propia rabia, al cabo de un tiempo otro participante se siente fastidiado, a menudo el más débil, que a la base no tiene motivo para serlo.
En familia, el elemento más débil es un niño. Cuando una madre está encrespada con el padre pero no lo deja entrever, casi siempre un niño se enoja con él.
El más débil no sólo se hace cargo de la rabia sino que a veces la rabia lo toma como blanco: cuando un subordinado siente ira hacia su superior sin poder exteriorizarla, la vuelca hacia otro más vulnerable. O cuando un hombre se pone rabioso con su mujer sin dejarlo aparecer, a menudo carga a su hijo con ello.
No sólo puede transferirse la rabia de un individuo para otro, como de padre a hijo, sino que también puede que el destinatario sea un representante para el verdadero destinatario, es decir que este papel es desplazado de una persona con fuerza a otra más frágil. Con lo cual, una hija que se hace cargo de la rabia de su madre hacia su padre, dirige esta rabia contra alguien que percibe como más vulnerable que su padre, por ejemplo su propio marido.
En grupos se nota que la rabia transferida no se dirige a los responsables como lo sería el jefe del grupo, sino que recae sobre el más débil que, de esta forma, asume el rol de chivo expiatorio de los fuertes. En las transferencias de rabia, los actores se sitúan fuera de si mismos, siendo presuntuosos y sintiéndose en su derecho. Pero actúan desde una fuente de energía y de derecho que les es ajena y que no les permite ni el éxito ni la fuerza. Las víctimas de las transferencias se sienten por igual presuntuosas y en su derecho porque saben que sufren una injusticia. Ellas igualmente quedan sin fuerzas y sin éxito en su dolor.


Bert Hellinger

05 noviembre 2014

humanista: ponencia sobre el diálogo interno en el trabajo grupal con trastornos alimentarios

El pasado 23 de octubre tuvo lugar la presentación de dos ponencias sobre trastornos alimentarios en el IX Congreso APPHAT- Asociación de Psicoterapeutas de Psicologia Humanisa y Análisis Transaccional, desde el equipo del Centro ABB-Prevención y Tratamiento de Anorexia y Bulimia en Barcelona.
La propuesta que me inspiró a compartir mi experiencia clínica fue la integración del Arteterapia con la Terapia Grupal en relación al modelo del Análisis Transaccional.
Nuestras hipótesis de trabajo son las siguientes:

  1.  Al favorecer la expresión del Estado del yo Niño se observan con más claridad las necesidades no resueltas de la persona.  
  2.  A través de la terapia de grupo se trabaja la integración de los permisos no  proporcionados en su desarrollo. 
  3.  Los permisos dados se van integrando progresivamente en posteriores talleres con el objetivo de proveer de una nueva parentalización y mayor autonomía a su Adulto.
Consideramos el grupo de trabajo de pacientes bajo unas características propias:
El grupo es una totalidad, una estructura que es más que la suma de sus individuos.
El trabajo se desarrolla en un marco que tiene en cuenta el reconocimiento de los límites y las posibilidades que impone el tiempo.
Permite la evolución de ideas nuevas y está al servicio de la realidad.
Cada miembro coopera voluntariamente en la actividad, experimenta el placer de la pertenencia y de la autoestima por sus aportes a la tarea grupal









El taller permite la disponibilidad a nivel vivencial del EDY Niño para poder catectizar el Adulto en espacio de terapia grupal. Trabajamos, para ello con la Imago provisional del grupo, es decir, con las fantasias que tiene cada miembro del grupo sobre lo que su grupo va a ser para él o ella, de lo que quiere del grupo y lo que el grupo piensa que esperará del él o ella.

Al evidenciar gradualmente la relación entre iguales desde la actividad, tanto lúdica como reflexiva, nos vamos acercando hacia la intimidad para su análisis e integración de los permisos adecuados según la persona. 

Finalmente mostramos como conclusiones de los meses de trabajo en observación que: 
a) El refuerzo de ambas disciplinas permiten una mayor integración: ver el niño 
en acción para facilitar el insight.
b) El taller permite la disponibilidad a un nivel viviencial del EDY Niño para 
poder catectizar el Adulto en espacio de terapia grupal.

Queremos dar las gracias a todo el equipo del Congreso APPHAT, a las pacientes del Centro ABB que generosamente han aportado su contenido personal y sus obras de arte en el taller y a todas las personas que nos han apoyado en el proceso de elaboración y presentación de esta ponencia.