06 abril 2016

humanista: el aprendizaje interactivo ha demostrado ser una actividad pedagógica de éxito



Se llama grupo interactivo a aquella forma de organización del aula que da mejor resultado actualmente en términos de aprendizaje y convivencia. Es una organización inclusiva del alumnado en la que, como característica especial, se cuenta con otras personas adultas además del profesor o profesora responsable de la clase.

Cada día son más los centros educativos que apuestan por emplear enseñanzas participativas donde los alumnos adquieren responsabilidades de su propio aprendizaje y el de los demás. Ya no vale la figura del docente tradicional como fuente única de conocimiento sino que debemos hacer que los alumnos sean autónomos y responsables a su aprendizaje, además de facilitar espacios para dar lugar al aprendizaje participativo entre iguales. “El aprendizaje activa una serie de procesos internos de desarrollo que son capaces de operar sólo cuando el niño está interactuando con personas de su entorno y en cooperación con sus compañeros” (Vygotsky, 1979).

Desde la Comisión Europea y La Comunidad Científica Internaciónal (CCI) se hace hincapié en las evidencias científicas de organizar las aulas en grupos interactivos como estrategia que da los mejores resultados y está por encima del aprendizaje cooperativo, ¿por qué no se emplea?. Está demostrado que los grupos interactivos ofrecen los mejores resultados en todas las asignaturas, pues uno de los objetivos es que ningún alúmno se quede retrasado en la materia, en valores como la solidaridad y en una mejor comunicación emocioal. Flecha (2012) comenta que se ha demostrado científicamente que la segregación aumenta el fracaso escolar, desfavoreciendo a ese alumnado que ha sido marginado y cuyas posibilidades de acceso a una educación superior se van a ver mermadas por el hecho de haber sido ubicado en un grupo separado del resto.


En los grupos interactivos se fomenta la formación de grupos heterogéneos y se cuenta con la presencia en el aula de personas adultas (voluntarios y colaboradores) que pertenecen a la comunidad, como pueden ser hermanos mayores, padres, vecinos, participantes de asociaciones de barrios,… sin tener que ser expertos en la materia. Sirven de apoyo a la labor pedagógica del docente y con la función de que todos los alumnos aprendan, se ayuden entre sí y no se deje a nadie atrás.



El aula deja de ser un espacio de relación únicamente profesorado-alumnado fomentando una mayor dimensión de vínculos y posibles atenciones. Ningún alumno sale de la clase, no es necesario ya que existe suficiente apoyo para que el profesor no tenga la sobrecarga sin duda insostenible. El alumno conoce bien el funcionamiento y aprende a autorregularse en el espacio común poniendo palabras de lo que piensa y siente en el momento, durante el propio aprendizaje. Esto crea una gran diferencia en cuanto a los permisos internos que pueden ofrecerse y adquirirse en el niño/joven, asentando así las bases de una buena autoestima y una comunicación segura.

Es posible que la resistencia esté más en manos de los adultos y los docentes a estas prácticas innovadoras por el miedo a lo desconocido. Claramente, nuestros jóvenes nos muestran con rápidez lo que les hace bien y se merecen nuestra confianza desde el resultado de sus propias actitudes. El resto, lo seguiremos observando e investigando desde la vocación hacia la docencia y desde el amor hacia los que nos van a suceder, ese gran capital humano: los niños de hoy

Si quieres escuchar la conferencia de Flecha puedes dirigirte al siguiente link:
Caminando hacia una eduación más justa. Ramón Flecha