11 marzo 2014

bioenergética: limpiarse para crearse cada día



El despertar de la conciencia podría definirse como la capacidad de la conciencia de abrirse a más aspectos de la realidad tanto interna como externa, y hacer coherencia entre ambas realidades hasta que formen una sola. En otras palabras, que el pensamiento, la emoción, la acción y la palabra sean coherentes entre sí haciendo del ser humano un ser más pleno y manifestando su potencial creador. El trabajo de la conciencia consiste en hacer una obra de arte de uno mismo, y para eso es necesario utilizar el poder de la auto-observación para ver allí donde hay incoherencias con el fin de transformar y pulir aquellas partes de nosotros mismos que nos impiden manifestar lo que de verdad somos.


Parte de esa labor consiste en la depuración o eliminación de todo aquello que ya no nos sirve o ya no necesitamos, para disponer de un cuerpo, una mente y una emoción mucho más limpia y enfocada. En ese proceso de limpieza permitimos que lo que somos pueda manifestarse cada vez con mayor intensidad; de lo contrario, el cúmulo de toxinas físicas, emociones y pensamientos pasados, nos impiden avanzar. Por este motivo, es importante incorporar a nuestras vidas una labor de limpieza integral tanto de lo físico, como lo emocional, lo mental, lo social y lo espiritual.
Muchos queremos vivir en una Nueva Humanidad, en una nueva sociedad, en un nuevo mundo, no obstante, el gran obstáculo para llegar a ella somos nosotros mismos. El gran obstáculo a superar es la incoherencia interna que nos impide manifestar las virtudes y capacidades que residen en nosotros, y que distorsionan la realidad y las relaciones. En consecuencia se generan conflictos, tensiones y problemas. Por este motivo, entender y asumir la responsabilidad de transformarnos a nosotros mismos para poder ser ejemplo de lo que queremos ver en el mundo, es el primer paso para poder crear esa nueva humanidad; así como asumir que el último responsable de lo que nos ocurre en la vida somos nosotros mismos.

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Del cuerpo:
  • Mejora de los hábitos de alimentación; comer de forma más saludable (alcalinizar el cuerpo no acidificarlo!). Con bebidas depurativas a base de vegetales. Comer la menor cantidad posible de productos de origen animal.
  • Eliminación del microondas para cocinar.
  • Eliminar productos con azucares refinados, con edulcorantes, productos ricos en glutamatos (como el Ketchup) pues son neurotóxicos.
  • Dejar de beber CocaCola y bebidas afines, acidifican y muchas de ellas contienen aspartamo.
  • Eliminar la sal de cocina refinada tratada químicamente, sustituirla por la sal del Himalaya o la sal marina.
  • Limpiezas corporales como la del hígado y riñones.
  • Realizar algún tipo de ayuno
  • Beber suficiente agua (sin flúor) para hidratar el cuerpo y limpiar los riñones. Utilizar algún sistema para vivificar el agua, existen varias en el mercado. También se puede solarizar el agua en botellas  de cristal azules.
  • Tomar el Sol 10 minutos diarios, antes del medio día o en la tarde.
  • Ejercicio físico para mantener el cuerpo en forma, un buen sistema cardiovascular, tónico muscular y flexible.
  • Practicar yoga, Taichí o chi Kung.
  • Practica Sungazing - o la práctica de mirar al Sol en el amanecer o en la puesta de Sol.
Del entorno:
  • Ionizar el ambiente con iones negativos (por ejemplo, con lámparas de sal, o con ionizadores varios que se ofertan en el mercado).
  • Con los móviles, redes inalámbricas de Internet y demás aparatos que generen microondas, intentar tenerlos separados del cuerpo y hablar siempre que sea posible a través de auricular del móvilApagar el móvil cuando os vayáis a dormir.
  • Desconectar todos los aparatos eléctricos de la habitación a la hora de irse a dormir.
  • Colocar al lado del ordenador tecnología como la orgónica para transformar el tipo de energía que emiten los ordenadores y demás aparatos eléctricos.
  • Ver en menor medida la televisión paulatinamente.
  • Armonizar el ambiente siguiendo los principios del feng- shui.
  • Pasar el menor tiempo posible en las grandes superficies comerciales pues son ambientes ricos radicación, generadores de ruido interno.
A nivel mental:
  • Reducción de horas de televisión, por ser la fuente principal de influencia mental y de modificación cerebral (el cerebro y las neuronas son plásticas y la tv nos induce a un estado mental de aletargamiento como consecuencia de la actividad generada en el cerebro; nos induce a entrar en un estado de ondas cerebrales Beta). También se produce un condicionamiento de  ideas, valores, miedos y necesidades que sirven a los intereses de una élite que precisamente no busca nuestra libertad.
  • Eliminación de fuentes de información que contengan violencia e información basura. Seleccionar la información que vemos, oímos, escuchamos, leemos.
  • Eliminación de las ideas, creencias, supuestos y convenciones de la realidad política, económica, histórica, social, científica, médica, religiosa que damos por sentados como verdaderos y reales. Disponerse con una actitud mental abierta, para considerar todas las posibilidades. La Verdad va mucho más allá de lo que los medios de comunicación y la sociedad en general  ha construido como real.
  • Es recomendable practicar cualquier tipo de meditación diariamente, o lo más frecuente posible para sincronizar las ondas cerebrales de ambos hemisferios, y para entrar en el propio mundo interno… la meditación aporta una base de serenidad y distanciamiento de uno mismo para poder observar qué ocurre dentro y fuera de nosotros. Ayuda a trabajar el silenciar el ruido interno.
A nivel emocional:
  • Probablemente uno de los pilares principales del trabajo de transformación personal. Nuestra psique está constituida por dos partes, una consciente y otra inconsciente. Esta última es la que tiene el control sobre la primera y la que hace que el pensamiento, emoción, acción y palabra sean incoherentes. Un trabajo de autoconocimiento a través de un proceso de psicoterapia, permite armonizar nuestro Ser de manera más coherente e íntegra.
  • El aspecto emocional es el punto débil del ser humanoy por este motivo es el que más hay que trabajar y reforzar.
  • Eliminación y transformación de las programaciones emocionales que nos mantienen atados en el pasado, que nos mantienen reactivos.
  • Trabajo de comprensión y transformación de emociones como la rabia, la ira, la tristeza, la angustia, el miedo, entre otras para limpiar el pasado y liberarnos de ellas.
  • Un trabajo de desapego tanto de lo físico, mental, emocional y social. El apego nos mantiene atados, rígidos, reteniendo el fluir de la energía. El trabajar el desapego nos ayuda a fluir mucho mejor con el curso de la vida y los acontecimientos. Trabajar el desapego es volverse flexible ante los cambios, es dejar ir, soltar, dejar que las cosas ocurran… y utilizar la experiencia como fuente de aprendizaje y auto-conocimiento.
  • Recuperar al niño interior de manera consciente y libre en alianza con nuestro adulto autónomo.
A nivel social:
  • Deshacernos de las relaciones perjudiciales (si uno puede, ya que a veces las necesitamos porque suplen nuestras carencias afectivas).
  • Deshacerse de los ambientes, lugares, círculos, entornos sociales que limitan la expansión de nuestra conciencia, que nos influencian negativamente. Reunirse con personas o grupos que nos inspiren, estimulen y ayuden a avanzar en nuestro camino. La energía de un grupo es mucho más potente que la de un individuo, así que con un grupo o varios, uno puede estimularse para seguir avanzando a pesar de las adversidades, ya que hay apoyo mútuo.
A nivel espiritual:
  • Deshacerse por auto-cuestionamiento de las creencias que no están basadas en evidencia, en un saberCultivar un espíritu crítico tanto de lo conocido como lo que está por conocer.
  • La espiritualidad tiene que surgir de dentro como algo genuino, si viene de fuera, nunca será genuino, aunque lo de fuera ayude a lo de dentro a serlo.
  • Aprender a identificar lo auténtico en la medida en la que nos permite ser cada vez más libres, más nosotros mismos y nos da alas para volar libremente, en base a la capacidad de la filosofía, tradición o práctica que nos ayuda a transformarnos, a despertar nuestra consciencia, a hacernos más responsables de nosotros mismos y por tanto más autosuficientes y autónomos.