La Terapia Craneosacral se trata de un sistema de terapia
manual suave y profundo, desarrollado
por el osteópata estadounidense Dr.
William G. Sutherland a comienzos de
siglo pasado. Está fundamentada en el
principio de
la existencia de una pulsación rítmica
sutil que emerge en los tejidos y
fluidos del núcleo del cuerpo, que se
denomina Impulso Rítmico Craneal .
Este impulso puede ser percibido como un
movimiento respiratorio sutil en todas
las estructuras que componen el sistema
craneosacral (encéfalo, médula espinal,
liquido cefalorraquídeo, meninges,
huesos craneales, pelvis y sacro) y se
transmite también a todos los órganos y
tejidos corporales.
La potencia y calidad con que emerge y
se transmite este impulso a todo el
organismo determina su estado de salud y
vitalidad.
El término Biodinámica fue usado por primera vez por Rollin Becker (1963) para describir la fuerza que crea un movimiento sutil en el cuerpo.
En cualquier tipo de terapia se requiere una escucha sin juicio, donde se permite que las cosas sean lo que son. Desarrollar un vinculo de confianza con las diferentes partes del Ser del paciente, también con su historia corporal. Este trabajo requiere un silencio atento, una quietud que no interviene y dejar ser al otro lo que ya sabe que es. Un aventura apasionante de regreso a nosotros mismos desde la sabiduría somática.
En la
fascia del organismo, que es un tejido que envuelve todos los órganos,
los paquetes musculares y los huesos, se grava la información de todo lo
que nos ha sucedido. Cada vez que tenemos un shock emocional, un
traumatismo o tensión nerviosa mantenida se van creando tensiones en este
tejido, como si fuesen marcas o cicatrices que, al desplegarse durante las sesiones de terapia
Craneosacral, dejan salir la información de lo que las creó. Y al dejar
salir esta información suceden varias cosas simultáneamente: físicamente
esa fascia está más saludable y puede tener más movilidad y permitir el
paso de la sangre, la linfa, la información y energía vital. Y como consecuencia, el
órgano que envuelve esa fascia se puede sanar del mismo modo. Por otro lado, emocionalmente se van
drenando los sentimientos, emociones y sensaciones dolorosas registradas. También, mentalmente vamos dándonos cuenta de nuestros patrones de
comportamiento y tenemos la oportunidad de modificarlos, si es nuestro
deseo.
Recurrir a esta respiración primaria, tan intima y profunda al mismo tiempo, ofrece al oportunidad de acceder a recuerdos que quedaron atrapados en el cuerpo quizás de manera inconsciente. Incluso registros perinatales o prenatales que no podría ser procesados cognitivamente puesto que fueron vividos en una etapa preverbal.
La terapia Craneosacral tiene esta capacidad de poner en marcha el mecanismo de autorregulación y reorganización del cuerpo. Es una técnica que acompañada de la misma escucha y presencia puede ayudar a procesar conflictos psicoemocionales desde el apoyo corporal para llegar a la integración holística deseada. Así, finalmente, poder respirar la vida tal y como uno es, con plenitud y seguridad.
"EL movimiento no es la vida, es una manifestación de la vida.
El milagro de la vida se expresa a través del movimiento y la quietud.
El milagro de la vida se expresa a través del movimiento y la quietud.
Y el poder de la vida reside en la potencia de la quietud. “
Dr. Rolling E. Becker