Las Técnicas Psicodramáticas son
muy útiles de cara a la gestión de conflictos, ya sean grupales como
interpersonales. Deben ser desarrolladas con sensibilidad, amoldándose a los
contextos y situaciones donde se considere oportuno utilizarlas. Se debe
aclarar que se abre un espacio protegido con el respeto y con el consentimiento
de los protagonistas.
Es muy importante que los
participantes estén predispuestos, con emergentes propios del proceso de
conflictos, para que en el desarrollo del trabajo vuelquen contenidos que
posteriormente se comentaran en una etapa de procesamiento.
Del amplio campo de la
intervención para fomentar la espontaneidad, nuevas conductas y modos de
vinculación, cabe destacar las siguientes formas de utilizar algunas técnicas:
- Intercambio o inversión de
roles: Para conflictos entre varias personas, cada una actuará durante un
tiempo representando el comportamiento del otro, para pasar del estoy en mi lugar
al me pongo en tu lugar desde el punto de vista de tus sentimientos y
experiencias. Se procurará que en este intercambio no haya interrupciones ni
paradas para permitir que el trabajo fluya desde posiciones que les separan
hacia los intereses que les acercan.
- Esculturas o imágenes: Utilizando
el cuerpo se muestra contenidos personales difíciles de exponer y liberar
verbalmente. La palabra sólo aparece para aclarar mensajes que con la expresión
gestual y corporal han tomado forma. De este modo, se puede ir poco a poco evolucionando
de una imagen a otra.
- Soliloquio: Sirve para
expresar lo que se piensa o siente en ese momento concreto. Por ejemplo, si se
observa que un participante tiene un puño cerrado, o si le está temblando una
pierna, el facilitador le podría pedir si puede hablar de los contenidos que se
están abordando pero como si se expresase esa parte de su cuerpo para cerciorarse
de si su comportamiento es aceptado internamente.
- Espejo: La herramienta
del espejo se fundamenta en ocupar el lugar del otro para que observe su postura
y así pueda reconocerse a sí mismo a través del otro. Es útil al reflejar e indagar
sobre los sentimientos que han afectado a la persona.
- Doble: Consiste en
adoptar la postura, tensión corporal y expresión facial estando al lado o
poniendo las manos en los hombros de la persona que en ese momento tiene el
foco dramático, para expresar lo que se percibe que no manifiesta ese
protagonista para intentar completar el modo de relación. Hay que tener mucho
cuidado de no aportar elementos propios al expresar lo que el otro no hizo por
inhibición, bloqueo, temor o desconocimiento.
- Objetos Intermediarios e
intraintermediarios: Su utilización sirve, por un lado, para restablecer la
comunicación del facilitador con una de las partes y por otro, para mejorar la expresión
y la creatividad al “relajar el campo tenso” respectivamente. Se pueden
utilizar como portadores de un rol, así como para aportar lenguaje simbólico
alternativo al visual y al gestual; como una prolongación, refuerzo o extensión
de la persona y sus habilidades. Además de favorecer la aparición y evidencia
de aspectos ocultos en los sistemas vinculares. Algunos típicos son los
títeres, mascaras, telas, cuerdas, papeles, bolsas, pinturas, plastilina,
cojines, etc.
- Complementariedad de roles: Es
una técnica que sirve para aportar lo que falta en la relación y facilitar el
desarrollo de un rol o vínculo determinado. A través de la misma se pretende
tomar conciencia de las diferencias entre las contradicciones en las
confrontaciones de competitividad y las versiones complementarias de
colaboración, la negociación o la gestión del conflicto.
- Multiplicación dramática: Es
la puesta en acción sucesiva de una misma situación por partes de las distintas
personas presentes que aportan su perspectiva personal sumando múltiples puntos
de vista. Se puede realizar para expresar diversas soluciones o aportar riqueza
en el intercambio de puntos de vista ante una misma situación. Para mí es la
herramienta más potente al tiempo que creativa del proceso. Es una puerta
inigualable para la entrada al inconsciente colectivo, al alma grupal.
- Role-playing pedagógico: Es
un juego de roles activo de aprendizaje significativo de nuevas vinculaciones
ante situaciones reales, deseadas, temidas, etc. Se utiliza para perfeccionar
un rol poco efectivo, para cambiar un rol inadecuado; o bien para crear un rol
ausente, mediante el juego de “aciertos y fallos” en progresiva dificultad
hasta la satisfacción.
- Escenas intermediarias: Consiste
en detener una escena central significativa, a partir de la cual se pasa a
construir las previas y las posteriores. Su objetivo es sintetizar el conflicto
o el relato a partir de una escena estática y, además, poder obtener una
secuencia de imágenes que permitan comprender la historia del conflicto y sus
perspectivas. Si es necesario se pueden añadir más escenas anteriores y
posteriores. Después se pasa a repetir la historia cronológicamente, al tiempo
que el protagonista hace un relato verbal de las mismas.
La sutileza y al mismo tiempo la
potencia de las Técnicas Psicodramáticas requieren que el facilitador esté muy
seguro de su correcta utilización y si es pertinente realizarlas en el grupo de
trabajo. Todo surge de la vinculación previa a las personas, de la complicidad
y entrega al trabajo y por supuesto de una buena preparación, que como dirían
los psicodramatistas argentinos un buen caldeamiento.